En el Magdalena, Holmes Echeverría, representante a la Cámara ha generado críticas por recurrir a la entrega de mercados en medio de las inundaciones, una práctica que muchos consideran más un acto de campaña que de solidaridad.
¿Caridad en tiempos de elecciones?
Este político, conocido en varias localidades del departamento del Magdalena, ha hecho de las entregas de ayudas un espectáculo mediático. Con cada mercado que entrega, lo acompañan varias cámaras que documentan sus gestos “humanitarios”. Sin embargo, para muchos pobladores, estas acciones tienen una clara motivación electoral, pues coinciden con la cercanía de las elecciones legislativas.
En poblaciones como Guacamayal y Sevilla, en la Zona Bananera, ya se ha vuelto común que este político haga apariciones públicas con sacos de comida y equipos de grabación, buscando mostrar su “compromiso” con la comunidad. No obstante, algunos habitantes consideran que estas visitas son más un intento por ganar votos que por solucionar los problemas estructurales del departamento.
“Gracias, pero necesitamos soluciones reales”
Las críticas no se han hecho esperar. Varios ciudadanos han señalado que, más allá de la entrega de alimentos, lo que realmente necesitan son soluciones desde el Congreso: proyectos para bien del pueblo Magdalenense.
“Es preferible que use su cargo para gestionar medidas a largo plazo y no solo para repartir mercados que duran unos días y publicarlos en redes sociales”, expresó un residente de la Zona Bananera.
Por otro lado, Holmes Echeverría también se ha mostrado activo en otras iniciativas, como brindar apoyo a algunas familias en Santa Marta y regalar miles de juguetes a niños y niñas en épocas navideñas. Aunque estas acciones han sido bien recibidas por algunos sectores, otros consideran que no deben ser la prioridad de un representante cuya función principal es legislar y gestionar soluciones estructurales para el departamento.
Las comunidades afectadas esperan que sus representantes trabajen en políticas públicas que ataquen de raíz los problemas, en lugar de entregar ayudas que, aunque necesarias, no cambian la realidad estructural de las poblaciones más vulnerables.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, queda en manos de los ciudadanos evaluar si este tipo de estrategias son suficientes para merecer el respaldo en las urnas, o si es momento de exigir propuestas más concretas y menos espectáculos.