Durante tres días, los jardines y corredores de la Quinta de San Pedro Alejandrino se convirtieron en el corazón cultural de Santa Marta, gracias al Festival CASA por la Paz, un encuentro que celebró las economías populares, la diversidad artística y la memoria viva de la ciudad en el marco de la conmemoración de sus 500 años de fundación hispánica.

Más de 4.500 personas participaron de manera gratuita en una programación que incluyó 92 presentaciones artísticas, más de 120 espacios de economía popular (con artesanías, gastronomía y diseño local) y la participación de más de 600 artistas y artesanos samarios.

El evento fue el resultado de seis meses de diálogo participativo y comunitario entre el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, la Comisión Preparatoria del Quinto Centenario y el sector cultural de la ciudad.

“Este no es solo un festival, aquí estamos construyendo los próximos 500 años”, afirmó la ministra Yannai Kadamani, quien inauguró el evento con un encuentro junto a más de 15 gestores culturales de Santa Marta.

Durante el festival, se llevaron a cabo talleres, conversatorios y muestras de cine, literatura, ciencia y arte. Las tarimas acogieron expresiones musicales, teatrales y dancísticas, mientras las ferias ofrecieron desde tradicionales platos como el arroz de bonito y dulces típicos, hasta artesanías e iniciativas sostenibles.

Uno de los momentos más significativos del festival fue la entrega de la Resolución 0321 de 2024, que reconoce oficialmente la cumbia tradicional del Caribe colombiano como parte de la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación.

“La cumbia es parte del patrimonio nacional. Es afro, es negra, es española. ¡Que viva la cumbia!”, expresó emocionada Graciela Orozco, portadora de esta tradición musical.

El festival también permitió visibilizar dos rutas bioculturales impulsadas por el Ministerio en Santa Marta: Pescaíto y Taganga. En Pescaíto, la experiencia “Free Tour Pescaíto”, liderada por la Fundación Explorambiente, unió a artistas, grafiteros y músicos en una transformación comunitaria. En Taganga, organizaciones locales promueven un turismo sostenible y comunitario, con talleres de pesca tradicional, cocina ancestral y danza.

Durante los recorridos, turistas y samarios participaron en actividades culturales, degustaron gastronomía típica y conocieron los procesos sociales y artísticos que se tejen en estos territorios.

CASA por la Paz fue una fiesta familiar y una apuesta colectiva por una narrativa más inclusiva de Santa Marta. El evento marcó un precedente en la construcción cultural de la ciudad, reivindicando las voces de los pueblos indígenas, afrodescendientes y mestizos que han dado forma a su historia.

“Gracias, Ministerio de las Culturas, por mirar a Santa Marta con otros ojos. Gracias porque por ustedes estamos teniendo una participación digna en los 500 años de la ciudad”, expresó Inés Gutiérrez, periodista cultural de la región.

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