En la ESE Alejandro Próspero Reverend, una técnica administrativa de larga trayectoria, Audelina Galvis Franco, denunció primeramente presuntos actos de acoso sexual por parte del subgerente de la unidad asistencial, Sammy Yesid Silva. Galvis, quien ha trabajado en la entidad durante más de 15 años, asegura haber recibido comentarios inapropiados sobre su apariencia y vestimenta, los cuales habrían generado en ella incomodidad y vulnerabilidad.
Según la denunciante, tras exponer la situación a Olga Lucía López, jefa de personal, su preocupación no fue atendida con el respaldo esperado. En lugar de iniciar una acción para garantizar un ambiente seguro, López le habría sugerido que “aguantara” y manejara la situación por su cuenta.
Aun cuando la queja fue elevada a la Alcaldía y otros entes, con la esperanza de recibir apoyo y activar un protocolo de acompañamiento, Galvis afirma que no ha recibido respuesta alguna. La Procuraduría, por su parte, tampoco ha emitido hasta el momento un pronunciamiento sobre el caso, lo que, según la afectada, agrava la situación de revictimización institucional que denuncia estar enfrentando.
A raíz de esta denuncia, se ha conocido que hay más víctimas. Se trata de Patricia Pardo, quien asegura haber sido víctima de acoso laboral por parte de Silva y López, quien funge en la ESE como profesional universitaria de Talento Humano. Pardo manifiesta que desde marzo ha enfrentado un acoso laboral sistemático y que ha elevado su situación a todos los organismos de control, sin que hasta la fecha se haya tomado acción alguna.
Patricia Pardo le recalcó a un medio de comunicación de la ciudad: “he sido una funcionaria y servidora pública con todos los méritos, para que de un momento a otro, la administración cambie por las circunstancias políticas y ese señor me haya visto como una amenaza para sus pretensiones”.
Ante la inacción de las autoridades competentes y el silencio institucional, Audelina Galvis ha optado por utilizar las redes sociales como plataforma para exigir respuestas y garantizar su seguridad. Las exigencias de estas trabajadoras han puesto de manifiesto la urgente necesidad de que las entidades pertinentes tomen medidas concretas que protejan a los empleados de la ESE Alejandro Próspero y aseguren un entorno laboral libre de acoso.