La preocupación crece entre la comunidad educativa de Santa Marta debido a las condiciones insalubres y el deterioro de las instalaciones en varias instituciones distritales. Un caso alarmante es el del Instituto Educativo Distrital Rodrigo de Bastidas, donde estudiantes se ven obligados a recibir clases en salones infestados de excrementos de palomas y en pupitres en condiciones precarias, en un entorno que presenta graves deficiencias de mantenimiento.
En este plantel, ubicado en el barrio Bastidas, se denuncian desde hace meses problemas graves, como la falta de mantenimiento en abanicos y aires acondicionados, indispensables para el bienestar de los estudiantes en un clima cálido. Además, los techos deteriorados permiten la filtración de agua durante las lluvias. Los baños no se quedan atrás, ya que en su mayoría los estudiantes por sus malos olores se aguanta las ganas hasta llegar a casa.
“El abandono de la institución es evidente”
Padres de familia y alumnos han manifestado su inconformidad, exigiendo a la secretaria de educación soluciones concretas. Ricardo Bustamante Castro, padre de uno de los estudiantes, comenta su frustración: “Creo que si no estoy mal, las instituciones reciben un apoyo económico anual para los mantenimientos necesarios. Cada vez que voy a las reuniones, me impresiona ver el abandono de la institución. Pedimos a las autoridades competentes que hagan algo, porque en 2025, en el estado en que está, no será apta para recibir a nuestros hijos”.
La situación ha captado también la atención de algunos concejales del distrito, quienes en meses anteriores realizaron una visita a las instalaciones del Rodrigo de Bastidas. Durante el recorrido, los funcionarios expresaron su inconformidad y preocupación al observar de primera mano las condiciones en las que se llevan a cabo las clases y el peligro que representan los techos deteriorados para la seguridad de los estudiantes.
Temor entre los docentes y solicitudes de traslado
La situación no solo afecta a los estudiantes y sus familias, sino también a los profesores, quienes según testimonios, han optado por el silencio ante el temor de ser desvinculados de sus puestos si alzan la voz sobre la falta de condiciones laborales adecuadas. Algunos docentes incluso han solicitado traslados voluntarios para evitar permanecer en un ambiente de trabajo que consideran insostenible y que, además, afecta la calidad de la educación que pueden ofrecer.
La falta de acción ha generado descontento en la comunidad de Bastidas, que exige claridad sobre los recursos destinados al mantenimiento de los colegios distritales y una auditoría para verificar su uso. Con el fin del año escolar en el horizonte, padres, alumnos y docentes esperan que la situación mejore para que los estudiantes puedan recibir una educación digna en condiciones adecuadas en 2025, ya que el presente año se pasó y no hubo una solución.